jueves, 4 de septiembre de 2014

Seguimos explorando el libro...

"Aprendiendo a crear tu propia realidad

No existe la realidad. Existe tu realidad.

¿Te suena extraño?

Lo cierto es que el nuevo modelo de la Física lo confirma.

Estamos acostumbrados a pensar en términos del viejo paradigma de Newton, donde la materia era materia, la energía era sólo y lo único real el universo físico.

Después de la Teoría de la Relatividad, la Mecánica cuántica y el estudio de la consciencia, la ciencia mira todo lo que existe con otros ojos. Casi los mismos ojos que usa un místico.

El nuevo modelo nos dice que todo es energía.

El universo entero es un gigantesco océano de energía, vibrando a distintas frecuencias.

No existe nada que esté separado, todos somos parte del Todo.

Lo verdaderamente fantástico, para muchos investigadores, es cómo hace nuestro sistema nervioso y nuestra mente racional para crear la ilusión de separatividad.

En nuestra vida cotidiana no captamos la infinitud de este inmenso mar de luz del que somos parte. Nuestros sentidos y nuestro cerebro lo "codifican" y crean esta "gran ilusión", como la llaman los orientales, a la cual llamamos "realidad".

Cada ser viviente interpreta este océano de energía de la manera más conveniente para su supervivencia.

Por ejemplo, los animales carnívoros -que son depredadores- ven en matices de gris, para ellos no existen los colores. Esto les permite concentrarse en los movimientos de sus presas sin distraerse por la diversidad de tonos y colores.

Un pájaro que se alimenta de frutas y cereales ve los colores con una intensidad diez veces superior a la que captamos nosotros, los humanos. De esta forma pueden detectar sus alimentos aunque estén volando a una gran altura con enorme precisión.

Un humilde mosquito es capaz de ver el espectro infrarrojo, es decir, percibe el calor de nuestro cuerpo, por lo tanto, a pesar de que apaguemos la luz nos puede observar como si fuéramos arbolitos de Navidad gigantes.

Así podemos darnos cuenta que, aunque parezca increíble, la luminosidad y el color son creaciones del sistema nervioso, que codifica el campo de energía en el cual vivimos de la manera más eficaz para su supervivencia.

Quizás convenga remarcarlo un poco más.

Nada de lo que percibimos es tal como lo percibimos.

Sólo existe un universo de energía vibrando a distintas frecuencias.

Nada está separado, somos una unidad con el todo.

Uno de los antiguos símbolos de sabiduría era el de la serpiente que se muerde la cola formando un círculo.

Con el avance del conocimiento humano en este campo ha pasado casi lo mismo, después de siglos y siglos la ciencia más moderna termina confirmando los principios esenciales de la metafísica establecidos miles de años atrás.

La serpiente se muerde la cola..."

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